¿A quien culpas cuando las pruebas arremeten en tu contra y detienen tu progreso?.
¿A quien culpas cuando tu enemigo se ensaña contra ti y te causa daño?.
¿A quien culpas cuando el cielo se nubla y la lluvia cae implacable sobre ti?.
La vida esta llena de sobresaltos y de injusticias, los vientos contrarios de vez en cuando mostrarán su fuerza y arremeterán con poder sobre ti,
Es posible que sintamos soledad y llenemos de resentimientos nuestro corazón, pero tarde o temprano terminamos entendiendo que no es Dios la causa de nuestras aflicciones, que en medio de los desengaños es el único que levanta los hombros caídos y devuelve la fuerza para seguir luchando.
A veces terminamos alejándonos de El, ignorando los muchos instantes en que hemos disfrutado de bendiciones y momentos felices por su causa.
Vuelve tu vista a Dios y el te mostrara formas misteriosas para solucionar tus desafíos, si pudieras ver atrás del velo verías de vez en cuando caer una lágrima por ti, a veces por lo duro de la senda que te toca caminar, pero en otras ocasiones tal vez por tu forma caprichosa y testaruda de vivir.
El carro de tu vida sube a veces con dificultad por el peso que sostiene, y aunque el motor es pesado, sin sus mecanismos no podría avanzar, tampoco sin sus llantas o sin el tanque de la gasolina.
Dios es el motor que conduce tu existencia, y hay cosas más pesadas que se deben considerar, piensa por ejemplo en tu orgullo, en las deudas que enfrentas mes a mes o en los resentimientos que albergas en tu corazón y veras posiblemente que todo esto representa una carga que excede la capacidad de tu carro.
cambia el curso de tu vida, establece metas, acércate a los que amas y por ultimo:
No te alejes de Dios, no te alejes de su luz, no abandones tu motor.
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