Así como hay virus o bacterias que causan aflicción física, así mismo existe algo que agrava cualquier enfermedad espiritual existente.
El enojo jamás soluciona un problema, jamás lleva paz a tu alma y jamás inspirara una solución ni brindara una voz de consuelo.
Si tu hogar está en crisis o te agobian los desafíos en cualquier aspecto de tu vida, el virus del enojo y la contención serán cultivó perfecto para minar tus fuerzas y destruir los anticuerpos espirituales que protegen a tu familia.
"El mal genio es la disculpa perfecta para herir a otros, o demorar el perdón".
Más sabio es aquel que usa la mente para buscar acuerdos o plantear soluciones que aquel que utiliza la razón para hallar argumentos que justifiquen su actitud y lo conserven sentado en el trono de miseria que con arrugas en la cara esta construyendo.
Corta la punta del aguijón de tu lengua, retarda un poco tu respuesta y esfuérzate por mantener tu cerebro conectado, haz un compromiso personal para que el nivel de tu voz y las cosas que expresas a los seres que amas sean llenas del amor de Cristo, y vive unido al vínculo de la caridad, la bondad o la misericordia.
El mal genio conduce prontamente a instantes de ira, que por lo general son la puerta de la discordia y los insultos, por eso date un tiempo cuando encuentres justificaciones para enojarte y medita en silencio antes de proceder.
El orgullo por lo general es el generador del enojo pues aconseja a la mente para que encuentre culpables y ejerza justicia frente a cualquier acción.
Deja de competir por tener la razón, entiende que si tener razón causa molestia o alejamiento con aquellos que mas amas seria preferible no tener la razón .
Perdona, perdona, perdona, hasta setenta veces 7 y comienza desde hoy la cuenta.
Excelente. ..
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