sábado, 7 de febrero de 2015

La prueba de nuestra fe


La  rotación  de  la tierra nos coloca a veces de pie y a veces de cabeza, unos días  sonríe el mundo  bajo  nosotros  mientras que otros parece como si de un golpe  se fuera a terminar nuestra existencia.

El instinto nos prepara para el éxito,  pero  es  imposible  dejar  de  sentir  temor  cuando estamos en medio del fracaso y los desengaños.

allí intentamos buscar respuestas, nos preguntamos  ¿ porque ? , pero el miedo nos impide recibir  solaz  y  nos  muestra  el  camino  oscuro y desalentador,  a la distancia solo se ven sueños perdidos e ilusiones rotas rodeadas por pesar y pesimismo.

Nos  sentimos  abandonados,  solos,  y en medio del desespero   preguntamos     ¿hasta cuando?.


la  visión  es confusa  y  el  tiempo  se  alarga  haciendo  ver  las  horas como días y los días como eternidades ,  la prueba se torna   desafiante  y  nos  conduce  entre  espejismos hacia abismos insondables que se ciernen bajo nuestros pies.


En ese instante es que debemos tener claras algunas cosas:


1-. Rayos  y  truenos  crujen en las tempestades pero no por siempre, la tormenta bramará altiva pero tarde o temprano  cederá su fuerza  a los cálidos colores del arco iris.


2-. Aunque no veas a nadie jamás estarás sólo, si  buscas encontraras alivio y esperanza en un  Dios que extiende sus brazos y te brinda consuelo, él conoce tu dolor y lo experimentó en su propia carne para comprender tu sufrimiento, el te escucha  y  será tu mayor soporte en la adversidad.


3-. puedes tener  argumentos suficientes para desmayar, para caer, para abandonar, pero si  insistes en busca de tus logros  descubrirás tiempos mejores.


Recuerda que la mayor compensación a tu sufrimiento  es la superación de la prueba,  por eso   persevera, no te canses de luchar, no te derrotes tendido en una cama,  date un tiempo para llorar pero seca tus lagrimas y levántate,   la victoria  no se  logra de milagro sino es fruto del afán diligente.

4-. por ultimo si fuiste engañado, si sientes que los tuyos te dan la espalda, entiende que entre mas cercano es el que te ofende, mas dispuesto debe estar tu corazón a perdonar; 

No hay carga mas pesada en la vida del hombre que el resentimiento y no hay mayor paz que la que se logra cuando recibes al que amas en tus brazos y le extiendes sinceramente el perdón.

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