martes, 24 de marzo de 2015

Te casaste para ser feliz

Te casaste para ser feliz,  para llenarte de gozo, te uniste a alguien para acompañar tu vida solitaria y darle sentido a tu existencia.

Por eso te preguntas ahora, porque sientes dolor,  porque tu mente se llena con las quejas y los reproches enterrando el amor y las promesas.  no deja de sonar en tu interior la misma pregunta 
¿me equivoque acaso?

El matrimonio no es mas que la suma de dos voluntades que piensan y ven la vida de forma independiente, la convivencia requiere de un acoplamiento y a cambio de vencer la soledad sedes un poquito de tu espacio y aceptas nuevas formas de pensar y de existir.

Ante todo recuerda que la felicidad has de encontrarla en ti mismo y no en quien te rodea, ser feliz no es una acción sino una decisión y si tienes el valor de asumirla su influencia te alzará con gozo hasta los mismos cielos.

  • Domina tu carácter: baja la voz, los gritos taponan los conductos del entendimiento y la conciliación, quien grita no tiene la verdad por mas razonable que sea su argumento.
  • Evita ofender: conecta tu cerebro antes de expresar una idea,  el hablar sin pensar te equipara al loro que aprende a repetir sonidos pero jamas podrá entender lo que estos significan. mejor calla antes que balbucear locuras, por mas poderoso que luzcas nunca tendrás el derecho de maltratar a quien convive contigo.
  • Si te ofenden perdona, si ofendes arrepiéntete y ofrece una disculpa sincera, entre mas demores tu perdón, mas largo sera tu sufrimiento, evita dormir con el enemigo y reconciliate antes de acostarte.
  • Mantén la vista en tu compañero/a : lo que mas debilita una relación es la infidelidad y su influencia te brindara cortos momentos de placer cubiertos con profundas heridas de dolor.
Por eso  !despierta! tienes el derecho a ser feliz  así que quita los estorbos que  lo impiden, eres tu quien debe dar el primer paso, no hay nada que no puedas resolver si dejas que el espíritu de Dios te guié y more en tu casa.

Jamas podrás culpar a nadie por tu desdicha, mejor dale un espacio a tu Padre celestial en tu cálido hogar y dirige a el tus pensamientos, El no te dio un valle  de lagrimas, el te concedió un refugio grato y feliz y eres tu quien lo inunda de oscuridad y de pesar..

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