La vida nos enfrenta a desafíos inesperados, pasajes escabrosos que nos prueban y parecen superar nuestra capacidad para salir adelante.
Puedes entonces lamentarte por tu prueba y llorar en los rincones o entender que la opción no esta en evadir o buscar caminos trasversos.
Enfréntate a la prueba y evita renegar, la murmuración te debilita e invade la mente con sentimientos de auto compasión y gritos lastimeros.
En la jornada no hay lugar para lamentos, el tiempo inexorable cobrara con creces los instantes abatido, solo te exalta la disposición de vencer.
Si el dolor supera tus fuerzas, derrama tu corazón a Dios y confíale tus aflicciones, en la oración encontraras calidez y fuentes de inspiración.
No existe problema sin solución ni laberinto sin salida, no hay plazo que no se venza ni pesar que no termine, persevera en tu camino y no te canses.
No bajes tu guardia, pelea hasta el final y levanta tus brazos defendiendo tu derecho, la vida es tuya y el valor te dará el merecimiento.
No mires hacia atrás, la derrota del peleador comienza cuando baja su guardia, por eso alza tus brazos y ponte al nivel de tu adversario.
Sabrás con certeza que la sombra que ves no es mas que la ausencia de luz y la meta esta en quitar el estorbo de tus ojos para andar con paso seguro.
Confia en ti y lucha, son mas los que te apoyan que aquellos que obran en tu contra, no defraudes a los que te aman y desecha a los que estorban tu paz.
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